2.5 Clasificación
2.5 Clasificación
La clasificación no sólo es un método de análisis, sino además es una técnica de exposición muy útil porque permite una presentación clara y sistemática de los hechos o cosas.
El uso de la clasificación depende:
De que la materia de estudio sea clasificable
De que la exposición sea más efectiva usando esta técnica; es decir, que se tengan varias cosas que discutir, entre las cuales existan puntos de semejanza y puntos de diferencia, y que sea importante que el lector las entienda.
La persona que clasifica, encuentra las relaciones estructurales y funcionales entre los fenómenos o cosas que constituyen una clase y las ordena empleando ciertos términos convencionales que se presentarán a continuación:
Sugerencias para la presentación de una clasificación:
Tener claro lo que se va a clasificar.Para aclarar lo que se va a clasificar se debe comenzar por definirlo, aunque sea informalmente.
Seleccionar una base significativa, o un principio rector, para la clasificación. La mayoría de las cosas se pueden clasificar de acuerdo a diferentes bases; por ejemplo: las computadoras se pueden clasificar en base a la velocidad de su procesamiento o en base a su precio. Es conveniente explicitar, en el informe, la base sobre la cual se va a hacer la clasificación para que el lector comprenda y para que el autor se apegue a la base seleccionada.
Limitarse al uso de una sola base a la vez.Cuando se usa más de una base simultáneamente, se cae en una clasificación mezclada. Este error resulta de una falta de cuidado al reflexionar o al seleccionar los términos. El autor que escribió, por ejemplo, que los ingenieros pueden ser clasificados, de acuerdo al tipo de trabajo que desempeñan, en mecánicos, electricistas, electrónicos, civiles, químicos, investigadores… etc., simplemente fue descuidado. Un poco más de reflexión le hubiera indicado al autor que la investigación no está limitada a alguna rama especial de la ingeniería.
En cuanto a la selección de términos, se debe tener claro que los nombres de los miembros de una clase deben expresar su relación lógica con la base que los sugiere. Un autor al enlistar ilógicamente los combustibles como “sólidos, gaseosos y automotrices” puede estar pensando correctamente en “sólidos, gaseosos y líquidos”, pero, sin importar lo que el autor esté pensando, el término automotriz es ilógico. Otra práctica incorrecta es enlistar una variedad específica en lugar del nombre adecuado de la especie, como, por ejemplo, enlistar los combustibles como gases, líquidos y carbón (en lugar de sólidos).
Nombrar a todas las especies según una base dada. Una clasificación completa requiere enlistar a cada especie conocida; sin embargo, en algunos casos hay especies que no es práctico incluir, por ejemplo: al enlistar a las computadoras de acuerdo a su velocidad de procesamiento, no sería necesario enlistar a computadoras obsoletas. En este caso para poner un límite a la clasificación, se debe aclarar qué es lo que se está clasificando; por ejemplo: “las computadoras actualmente en uso…etcétera”.
Asegurarse de que cada especie sea única y distinta. Las especies de una clasificación deben ser mutuamente exclusivas para que no se pierda el propósito de la clasificación, que es enlistar a los miembros individuales de un grupo o de una clase. Cuando se comete el error de traslapar especies, puede deberse a que el autor enlista la misma cosa bajo nombres diferentes, o a que, sin darse cuenta, cambia la base.
Ayudar al lector a comprender la distinción entre especies. Cuando la clasificación se usa como técnica de exposición, el lector debe comprender cada especie individual; para lo cual puede ser necesario acompañarlas de una definición, una descripción o una ilustración.

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